Omo ValleyHamer. Valle del rio Omo en Etiopia
Hamer. Valle del rio Omo en Etiopia
Localización
Los hamer viven en las zonas de influencia del río Segen, al sur de Etiopía, al este del valle río Omo.
Adaptación a los nuevos tiempos
Sus tradiciones orales dicen que son el resultado de la fusión de poblaciones de diferentes orígenes étnicos, provenientes del norte, este y oeste de su actual territorio de residencia (Banna, Kara, Bume, Ari, Me´en, Tsamai, Konso) . De lo que ya sí existen datos comprobados es de que a mediados del siglo XIX ocupaban los montes del norte del Lago Turkana y que en ese tiempo ya vivían de la agricultura (sorgo, alubias, calabazas, verduras), de la ganadería (vacas, ovejas, cabras, asnos), de la apicultura, la caza y la recolección de frutos.
La población actual de la tribu Hamar es de aproximadamente 43.000 personas, con lo que es la tribu con más población en la cuenca del rio Omo. Sin embargo, este es un porcentaje relativamente pequeño de la población total de Etiopía, que tiene más de 54 millones de habitantes. En consecuencia, el poder político de la tribu Hamer es muy limitado y Hamar muy pocos pueden leer y escribir. Aunque los esfuerzos del gobierno por educar a las nuevas generaciones queda patente al visitar cualquier aldea Hamer. Hay una escuela con unos columpios y un profesor o profesora que educa a la población infantil. Así, en los mercados, es fácil encontrarse con un niño o niña Hamer con la que poder conversar o intercambiar algunas palabras en inglés.
Son considerados como uno de los pueblos más tradicionales del país y se dedican básicamente a la agricultura y al pastoreo.Sus mercados principales están en Turmi y Dimeka, en los que se reunencon muchas otras tribus de los alrededores, como los Karo y Dassanech. Dentro de su alimentación al igual que en otras tribus, se incluye se incluye la leche batida con sangre de vaca.
El gusto por la ornamentación
Se caracterizan por sus elaborados peinados, decoración y marcas corporales, pintando su cuerpo de muchos colores y vistiendo montones de abalorios, tanto hombres como mujeres. La decoración de cada individuo refleja su estatus social: cazadores, guerreros, mujeres principales, etc.
Una de las principales características de los hombres Hamer, son sus peinados, que incluyen casquetes de barro y plumas de aves. Los peinados femeninos tienen una gran consistencia que consiguen con barro de color ocre y rojizo, y grasas animales. Los hombres adornan sus cuerpos con escarificaciones, mientras que las mujeres muestran unas marcas causadas en parte durante sus ritos de madurez.
Sociedad y ritos de iniciación
Una de sus características más destacadas es que se rigen por lo que se llama 'sistema de edad' el gada. Los hombres, desde su nacimiento, van atravesando una serie de etapas y lo celebran con ritos y ceremonias. Las tres grandes etapas de la vida son la niñez, la juventud y la vida adulta.
El hombre Hamer es polígamo. A las mujeres casadas se las distingue por unos collares metálicos. La primera mujer lleva un collar metálico con una protuberancia pronunciada en la parte delantera. La primera mujer tiene un status social muy respetado y tiene el privilegio de llevar el peso de la familia, la economía, educación y participa en la toma de las decisiones importantes.
Entre los rituales de paso a la vida adulta de los hamer, uno de los más curiosos y chocantes es el que protagonizan los maz (así se llama a los varones que aún no se han casado) y las mujeres jóvenes de la tribu. Cuando un miembro del poblado va a convertirse en adulto tienen unos característicos ritos de iniciación a la madurez; como la ceremonia en la que un joven varón de 15 ó 16 años salta desnudo de lomo en lomo ocho o 10 vacas alineadas, en la ceremonia llamada Ukuli Bula. Esta ceremonia dura tres días, siendo el último el más importante; en el que los jóvenes desnudos deben saltar sobre una larga fila de treinta vacas, saltando sobre la primera y corriendo sobre el resto de animales; al llegar al final debe dar la vuelta y realizar el camino en sentido contrario. Si el iniciado se cae se considera un símbolo de mala suerte. Mientras tanto las jóvenes casaderas, provistas de numerosos adornos y con el cuerpo y el cabello completamente embadurnados de grasa, forman grandes corros cantando y bailando el . evangadi. Primero lo hacen entre ellas, pero después rompen el círculo para acercarse a los maz, que también van vestidos con sus mejores galas y las observan de cerca.
Así, situándose delante de los chicos, les piden que las golpeen. Al principio, los maz se hacen de rogar pero, ante la insistencia de ellas, sueltan su látigo y son insensiblemente azotadas y aguantan estoicas los latigazos del resto de jóvenes hamer para demostrar su valor y fortaleza física, siendo así merecedoras del amor del joven hamer. Por lo que cuantas más cicatrices tenga una mujer hamer a causa de este rito, más respetada será.Ellos les marcan la espalda - procurando, eso sí, hacerles el menor daño posible -. La grasa también contribuye a atenuar el dolor, y desde ese momento, las muchachas lucen sus marcas como una señal de amor.
Si el que salta se cae más de una vez, tendrá que soportar de por vida la mofa y el escarnio de toda su comunidad. Mientras que los hamer que ya saltaron y permanecen solteros aprovechan para 'ligar'. La ceremonia del salto del toro también incluye beber cerveza de sorgo y algún banquete.
El control de los Donza
Los agentes básicos en la política Hamar son los donza (hombres casados) de una zona, que actúan colectivamente para tomar aquellas decisiones que afectan a toda la comunidad. Esta autoridad de los donza se mantiene aunque cambien de residencia, algo muy habitual con la vida seminómada que llevan.
Musulmanes pero menos
Si bien oficialmente los Hamer son musulmanes, en la práctica siguen unas creencias tradicionales basadas en el animismo, en la creencia de que las plantas, los animales, e incluso los objetos inanimados tienen espíritus que los poderes sobrenaturales sobre los seres humanos.